Este precioso clásico se prepara para una sesión fotográfica
en una revista.
Agradezco a su propietario el confiarme la limpieza del motor, así como su inestimable ayuda durante todo el proceso.
El motor se limpió todo a mano, sin agua, por dos motivos:
tiene muchos cables y partes eléctricas a la vista y el motor en ese momento estaba caliente y
no quisimos pasarle agua fría por la diferencia térmica.
El trabajo lo hicimos con desengrasantes, cepillos y bayetas
y frotando hasta dejarlo limpio, luego se acondicionaron los plásticos y
manguitos de goma y se pulieron los metales.
La parte interna del capó, al no poder lavarla con agua a presión
para no mojar el motor, se limpió del mismo modo.
Y aquí tenéis el resultado de la limpieza en un motor con 30 años a sus espaldas después
de un buen repaso:
Y ahora unas fotos del bonito deportivo de los años 80,
cedidas por su dueño.